El proyecto de tierras raras supondría un «daño irreversible» para Fuerteventura
En la plataforma entre Jarugo y Los Molinos, en Puerto del Rosario, no van a hallarse unos recursos «demasiado importantes», por lo que obtener una pequeña porción de estas tierras raras «supone una alteración del territorio, supone tener que machacar un espacio muy grande para sacar rédito de esa exploración minera», según la doctora en Biología Esther Martín, conservadora en Geología y Paleontología del Museo de Ciencias Naturales de Tenerife
El proyecto de exploración de la potencialidad minera en las cuatro cuadrículas, que suman 1,34 kilómetros cuadrados al oeste del municipio de Puerto del Rosario, es «realmente aberrante» por tratarse de una zona que no está alterada y produciría un «daño irreversible» en el territorio majorero. Esther Martín González, doctora en Biología por la Universidad de La Laguna y conservadora de Geología y Paleontología del Museo de Ciencias Naturales de Tenerife, reacciona así a que Tenáridos, del grupo Satocan, pida permiso para investigar y extraer tierras raras a partir de rocas carbonatitas en cuatro cuadrículas mineras entre la gambuesa de Jarugo y los Molinos.
Las cuatro cuadrículas mineras forman parte de «una de las mejores plataformas paisajísticas de Fuerteventura, con además muy difícil acceso, por lo que está muy bien conservada». La doctora y paleontóloga adelanta que, desde el punto de vista científico, en esta zona del interior del municipio de Puerto del Rosario no van a hallarse unos recursos de tierras raras «demasiados importantes», por lo que obtener una pequeña porción de estas tierras raras «supone una alteración del territorio, supone tener que machacar un espacio muy grande para sacar rédito de esa exploración minera».
Por todo ello, Esther Martín, que forma parte de la comunidad científica de Canarias, concluye que se trata de un proyecto «muy perjudicial» para Fuerteventura, «no sólo porque es extraer esos sondeos iniciales sino que, para poder realizar esos sondeos, hay que abrir pistas, hay que despejar mucho terreno, lo que es totalmente irreversible».